El equipo de rugby de la Universitat d’Alacant ha finalizado la competición de Segunda Territorial en una meritoria sexta posición, logrando así mantener la categoría, que era el principal objetivo que se había marcado el club antes de iniciar la temporada. Y es que, en realidad, el simple hecho de haber podido participar en la competición ya suponía un logro importante para la entidad al comienzo de curso, cuando apenas contaban con jugadores suficientes para inscribir al equipo.
Conscientes de esta situación, desde el club se puso en marcha una intensa campaña de captación de nuevos jugadores, con el objetivo de aumentar la plantilla y asegurar el futuro del equipo. Se diseñaron carteles que se colocaron por diferentes puntos del municipio y zonas universitarias, se promovieron publicaciones en redes sociales y se organizaron jornadas de puertas abiertas en el campo de rugby de la Universidad de Alicante. Se buscaba animar a jóvenes, estudiantes y vecinos de la ciudad a acercarse, conocer este deporte y sumarse a la familia del rugby alicantino.
El esfuerzo y la implicación de los integrantes del equipo no tardaron en dar sus frutos. Gracias al compromiso de todos, se logró reunir hasta 55 personas entrenando en las instalaciones universitarias, muchas de las cuales no habían practicado nunca este deporte. Sin embargo, esa era precisamente una de las grandezas del proyecto: integrar a personas con distintos niveles de experiencia y hacerles partícipes de los valores propios del rugby, como el respeto, el compañerismo, la tolerancia, la diversidad y la capacidad de superación personal.
El principal objetivo del club no era únicamente mantenerse en la categoría, sino también iniciar un necesario cambio generacional en la plantilla y construir un equipo en constante formación y crecimiento. Se buscaba establecer una base sólida para el futuro, en la que se fomentara el aprendizaje, el espíritu de equipo y el desarrollo personal y deportivo de cada jugador, respetando siempre los valores que caracterizan al rugby.
A pesar de que los inicios de la temporada fueron complicados —con resultados adversos en los primeros partidos debido a la falta de experiencia de muchos debutantes—, el trabajo, la constancia y la actitud positiva del grupo permitieron que poco a poco los resultados comenzaran a llegar. Tras disputar un total de 12 encuentros, el equipo alicantino logró sumar 3 victorias y 1 empate, suficientes para certificar la permanencia en la categoría y consolidar las bases de un proyecto que, sin duda, tiene mucho recorrido por delante.
Más allá de los resultados deportivos, la verdadera victoria ha sido la capacidad del club para crecer, unir a personas de diferentes perfiles y niveles, y transmitir a todos los integrantes el amor por un deporte noble, exigente y repleto de valores como es el rugby. Sin duda, una temporada de aprendizaje, superación y, sobre todo, de futuro.