El Farense, que venía de lograr una victoria agónica frente al Farmalicao gracias a un gol en los últimos instantes de Darío Poveda, visitaba a un Vitória SC situado en la parte alta de la tabla, peleando por los puestos europeos. Para los algarvíos, cada encuentro era ya una final, pues al término de la jornada podían quedar matemáticamente descendidos.
El inicio no pudo ser mejor para los visitantes, apenas en el minuto 5, Marco Matias adelantó a su equipo con un gran remate desde el centro del área, tras una buena asistencia de Rui Costa culminando un gran contragolpe. El Farense había logrado lo más difícil, ponerse por delante en un campo tan complicado como el del Vitória.
No tardó en llegar la reacción del equipo local. El Vitória Guimaraes se adueño de la posesión y de las mejores ocasiones que iban cercando poco a poco la portería rival. El Farense resistió como pudo y consiguió irse al descanso con ventaja en el marcador.
Nada más iniciarse la segunda mitad, llegó el golpe. En el primer minuto de la segunda parte, Gustavo Silva remató de cabeza una falta que había sido botada por João Mendes, estableciendo el empate en el luminoso (1-1). Un gol doloroso para los hombres de Tozé Marreco, que veían cómo el esfuerzo de la primera parte se esfumaba en un suspiro.
Desde ese momento, el partido se inclinó hacia el lado local. El Vitória dominaba el balón y acumulaba ocasiones peligrosas, mientras el Farense se encargaba de intentar cerrar los espacios y buscar algún contrataque que les pudiera salvar. El empate no servía a ninguno de los dos conjuntos: a los locales les urgía la necesidad de sumar los tres puntos para acercarse a Europa, mientras que los visitantes debían de evitar una derrota que les condenara al descenso.
En el minuto 76 se producía una de las acciones claves del encuentro. El árbitro señaló penalti a favor del Farense tras una entrada dentro del área sobre Rui Costa. Sin embargo, Rony Lopes estrelló el lanzamiento contra el poste derecho de la portería de Bruno Varela, dejando escapar una oportunidad única de ponerse por delante.
Cuando parecía que la victoria se les escapaba, en el minuto 86 Marreco decidió dar entrada al terreno de juego a Darío Poveda, sustituyendo a Rui Costa. El delantero de San Vicente no tardó en hacerse notar, incomodando a la defensa rival con su movilidad y su garra.
En el minuto 91 tras un centro desde la derecha, Poveda controló un balón muy escorado y, con un disparo muy ajustado, envió el balón al fondo de la red. Un auténtico golazo, un gol de raza y coraje, un gol para la esperanza, un gol que premia el trabajo del delantero sanvicentero.
Con tan solo 15 minutos de juego en los dos últimos partidos, Darío ha firmado dos goles decisivos que mantienen con vida al Farense. De no haber conseguido anotar estos goles, el equipo ya estaría descendido.
El último capítulo de esta lucha por la permanencia será en casa ante el Santa Clara, un rival que también está luchando por la zona europea. El Farense no depende de sí mismo, ya que tiene el gol average perdido contra el AVS, que recibirá a un Moreirense sin nada en juego. Misión difícil, pero no imposible.
Darío Poveda no solo anotó el gol de la esperanza. Sino que se ha ganado el corazón de una ciudad entera. Si el Farense logra la permanencia, gran parte del mérito llevará su nombre.